martes, 22 de abril de 2008

CON MI VALLE NO TE METAS !!!!!!





Este y otros con la misma tónica son los titulares que en estos días, han inundado los periódicos regionales, producto de la medida implementada por el ejecutivo para recuperar el Valle del Turbio, que por muchos años a estado destinado al cultivo de la caña. Tanto terratenientes, aspirantes electoreros, falsos ecologistas y demás fauna del que hacer antichavista, declaran de manera sistemática en estos medios, haciendo ver que dicha medida va contra la producción de alimentos, el derecho al trabajo, la propiedad privada, y contra el ambiente mismo, por cuanto el gobierno pretende “rancherizar” el valle ,con unas supuestas invasiones, las mismas con las que incitaron a las clase media a armarse hasta los dientes, cuando el paro petrolero, de ahí ,lo común de ver “Defendamos el Turbio” en los carros últimos modelos,(muchos comprados por el plan Venezuela móvil y luego revendidos hasta por el doble).
Si antes no se había tomado esta medida, era sencillamente porque no había voluntad política, ni interés en confrontar el poder económico, por supuesto, era como pegarle a la familia, pero indudablemente que recuperar el valle para convertirlo en un parque o monumento nacional, va a garantizarle agua y esparcimiento a los futuros larenses y estados vecinos, es una medida que ya no puede esperar. Los intereses del pueblo están por encima de una empresa, de supuestos dueños de tierra que hasta la fecha algunos no han demostrado la autenticidad de la propiedad, y también de políticos con ambigüa posición. El problema del deterioro del ambiente requiere medidas urgentes, desde hace años la contaminación de Barquisimeto por la quema de la caña, ocasiona en la población infantil trastornos respiratorios, permanente lluvia de cenizas y otros.

Por su crecimiento poblacional el estados requiere fortalecer los acuíferos y uno de ellos se encuentra en este valle, además de la imperiosa necesidad de conquistar nuevos espacios para el esparcimiento y recreación para toda la familia, sobre todo a los que por razones económicas no tienen posibilidad de viajar a otros sitios de interés.
Con respecto a la producción de alimentos, y la fuente de trabajo que genera la siembra de caña, recientemente el estado hizo una inversión en los llanos venezolanos que garantizan la producción de azúcar para el consumo nacional con tecnología de punta que mejora el rendimiento de los recursos, a diferencia de los utilizados en el valle, con sistemas de siembra y riego obsoletos que a la final generan poca mano de obra.
Rescatar el Valle del Turbio, insisto, es mejorar nuestra calidad de vida, garantizarle agua a los barrios, esparcimiento a bajo costo en la ciudad, respirar aire menos contaminado; va mas allá de unos niñitos ricos y viejas emperifolladas gritando que no hay propiedad privada, que no habrá azúcar para endulzar su Coca Cola,que no habrá trabajo, sencillamente es la lucha de clases; de aquellos que lo han tenido todo y los otros que reclaman su derecho a disfrutar de las bondades de la riqueza de la tierra, del trabajo, y de la vida.

Miguel Rojas
Expresionlatina@gmail.com

jueves, 3 de abril de 2008

Turismo ecológico: Barbacoas, una belleza para toda la vida



Quienes hemos tenido el privilegio de frecuentar el Parque Dinira,sector la Cascada del Vino, en las últimas tres décadas, podemos hablar con propiedad(con el permiso de los barbacoenses y sus alredededores) de la querencia de esta tierra y su belleza.,desde cuando transitábamos a pié desde la otrora estación de gasolina de la encrucijada hacia Humocaro Alto ,por la carretera polvorienta de curvas empinadas,de matas de moras en sus orillas y donde se iban quedando las pisadas aventureras, de la rebeldía adolescente de un grupo de jóvenes empeñados en relacionarse con la naturaleza, pasando por Hato Arriba,La peña, La Polkera hasta llegar a la Cascada. Allí conocimos el placer del paisaje, del clima, del agua y su color característico y el derecho de soñar a que esta belleza era para toda la vida. No nos hizo falta la energía eléctrica,ni los equipos de sonidos, bastaron nuestras voces y un cuatro para el ambiente musical, un balón de voleibol para continuar las caimaneras del Liceo Eduardo Blanco ,un sartén ,una olla y otros peroles para practicar la solidaridad y la amistad que perdura aún en la mayoría de ese grupo. Fueron una, dos, tres y mas veces que esto se repitió y con el pasar de los años lo continuamos, ya con nuestros hijos, esposa(so) y nuevos amigos y en ese andar y venir hemos sido testigo de los cambios que el tiempo muestra.

No es nuestro objetivo, en este artículo, mencionar las carencias de la zona, ni de las promesas incumplidas por los gobiernos municipales y estadales, al fin y al cabo uno no sabe si las condiciones de la carretera, entre otras, a evitado el deterioro acelerado del Parque Dinira y la influencia de la violencia citadina .Mas bien, hablar sobre el potencial turístico y las medidas a tomar para conservar estas bellezas..
Gratamente sorprendió, la construcción de la carretera que va de los Humocaros hacia Barbacoas, que se está haciendo de concreto lo que indica larga vida, tambien las mejoras en la Escuela granja de Hato Arriba que ojalá retome la importancia de años atrás, donde se formaron excelentes peritos agropecuarios útiles a la patria, y que hoy se insertan en la soberanía alimentaria y agroturística.
También la intención de campesinos de la zona, de colocar puestos de servicios (Comida, baños) y áreas para acampar que da pié para que en el futuro inmediato se haga de una manera mas coordinada y organizada, que los prestatarios perciban el beneficio para ellos y para el ambiente, así evitaríamos el desagradable espectáculo de botellas, plásticos y otras basuras por todo el trayecto.
Es justo destacar también, el laborioso trabajo que realiza el personal de INPARQUES, coordinado por el incansable PIÑITA, que años tras año a la cabeza de un grupo de voluntarios vela por el buen uso del Parque, sobre todo del área de la Cascada Del Vino, de él surgen valiosas ideas que deben ser tomadas en cuenta para el futuro turístico de la zona.
Queda de parte de todos hacer del Parque Dinira y su Cascada del Vino, de La cueva de la Peonía, del Paramito, de la Aguada de Arenales y del pueblo de Barbacoas, una belleza para toda la vida, como algún día cuando chamos, lo soñamos.

Miguel Rojas